Los beneficios de la vitamina D
¿QUÉ ES LA VITAMINA D?
La vitamina D (o prehormona) es una vitamina esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
En su caso, hablamos de una vitamina no esencial debido a que nuestro organismo es capaz de sintetizarla a partir de los rayos solares. Sin embargo, los rayos de nuestra estrella no son suficientes para cubrir nuestras necesidades, especialmente en invierno. El requerimiento diario recomendado es de 600 UI (unidades internacionales) y cambia con la edad.
Esta vitamina asegura la mineralización ósea a lo largo de nuestra vida y se combina con el calcio para ello. También tiene otros intereses para la cognición, la prevención de la diabetes, la modulación de la inflamación y la lucha contra el estrés oxidativo.
La vitamina D también interviene en el proceso de respuesta inmunitaria de nuestro organismo y es beneficiosa en la prevención de la hipertensión arterial. Finalmente, la vitamina D ayuda a prevenir la osteoporosis.
¿CÓMO RECONOCER UNA DEFICIENCIA?
- cansado,
- estado de ánimo deprimido,
- falta de tono,
- debilidad muscular,
- dolor difuso,
- calambre,
- dificultad para caminar,
- a veces dolor de huesos, etc.
¿CÓMO SELLAR UNA DEFICIENCIA DE VITAMINA D?
La exposición regular al sol, cuando la estación o nuestras condiciones de vida lo permiten, es la mejor manera de aportar a nuestro organismo la cantidad de vitamina D que necesita.
Sin embargo, cuando esto no es posible, esta deficiencia se puede suplir mediante el uso diario de complementos alimenticios como la Vitamina D3 en cápsulas por ejemplo.
PRECAUCIONES DE USO
Contraindicaciones
No se recomienda la ingesta de vitamina D en caso de exceso de calcio en sangre y orina. Lo mismo se aplica si tiene antecedentes de cálculos renales que contienen calcio.
Un tratamiento de vitamina D es innecesario si sus niveles en sangre son buenos y están dentro de los límites normales. Pida consejo a su médico antes de iniciar un tratamiento.
Efectos secundarios y/o indeseables
Con la vitamina D existe un riesgo real de sobredosis, con consecuencias nocivas para el organismo. Por ello, se recomienda consultar a un médico como parte de su tratamiento para asegurar una ingesta adaptada a sus necesidades.
En caso de sobredosis pueden aparecer efectos adversos: fatiga, dolores de cabeza, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, pérdida de peso, sed intensa, deshidratación, aumento del volumen de orina, cálculos renales, insuficiencia renal, etc.
Fuente(s): www.inoaa.fr
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